Lanzada hace dos años, la aplicación de planificación de eventos y mensajería grupal pone fin definitivamente a sus actividades. Sus responsables tenían como objetivo crear un equivalente de WeChat para el resto del mundo, pero el proyecto se basaba en un ejército de cuentas falsas.
Cerca de 20 millones de usuarios falsos
Con 20 millones de usuarios activos declarados, IRL representaba una esperanza para la Generación Z, que la veía como una alternativa a Facebook. Sin embargo, el crecimiento de la plataforma era solo una ilusión, ya que la mayoría de sus usuarios no existen en la vida real. Lo cual es irónico, especialmente porque la sigla IRL significa «En la vida real».
El secreto salió a la luz después de una investigación interna llevada a cabo por la junta directiva. Las investigaciones revelaron que el 95% de los usuarios informados eran «automatizados o provienen de bots». Esta fue una noticia inesperada para una empresa que estaba prosperando en el mercado de capitales.
De hecho, IRL había logrado recaudar más de 200 millones de dólares en capital de riesgo. Además, la empresa había recibido recientemente una ronda de financiación de la serie C con 170 millones de dólares otorgados por SoftBank. La operación permitió a la plataforma alcanzar una valoración de 1.17 mil millones de dólares.
Despidos excesivos hasta el cierre
El declive de la aplicación IRL comenzó el año pasado con el despido del 25% de su plantilla. Aproximadamente 25 empleados fueron despedidos a pesar de que la empresa había triplicado su plantilla el año anterior. La reducción de personal era incomprensible, pero el ex CEO y fundador, Abraham Shafi, instó a los empleados a «adaptarse» y mostrar disciplina. Estas declaraciones se tomaron de una nota interna que también hacía una comparación con WhatsApp, que supuestamente había alcanzado los 450 millones de usuarios con 55 empleados.
En esta nota de servicio posterior al despido, el CEO también afirmó que la empresa tenía «más que suficiente liquidez para durar hasta 2024». Un empleado estimó que la cifra superaba los 100 millones, pero no se conoce el valor exacto de la cuenta bancaria de IRL. Sin embargo, un portavoz de la empresa confió a The Information que el capital de los accionistas les sería devuelto.
Los despidos injustificados despertaron la atención de los empleados, quienes ya no confiaban en Abraham Shafi. De hecho, surgieron dudas sobre el número de usuarios activos que el CEO estimaba en 20 millones. Un ex empleado incluso afirmó a principios de año que fue despedido por expresar sus preocupaciones. La SEC (Comisión de Bolsa y Valores) posteriormente llevó a cabo una investigación para determinar si se violaron las leyes de valores en IRL.
Estos eventos llevaron a la suspensión de Abraham Shafi en abril pasado. Fue expulsado por la Junta Directiva y se nombró un CEO interino. Los accionistas acaban de tomar una decisión más radical, que es la de cerrar la empresa. A través de un portavoz, declararon, entre otras cosas, que «las perspectivas futuras de la empresa no son sostenibles».
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