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¿Qué significa tener una vida plena y exitosa?

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Explorar la noción de éxito personal nos lleva a cuestionar qué significa realmente una vida fallida. ¿Ser soltero, desempleado o tener sueños frustrados? Pero, ¿qué sueños son esos? ¿Convertirse en una influencer famosa en Dubaï o tal vez recibir un Premio Nobel? La noción de éxito podría alejarnos de nuestra verdadera esencia.

La búsqueda de sentido en un mundo vacío

Hoy en día, la presión por triunfar se ha vuelto omnipresente. La sociedad moderna nos grita que debemos alcanzar metas. En el pasado, cumplir con las expectativas sociales brindaba sentido a la vida. Los antiguos filósofos hablaban de una existencia “buena”, la cual se alineaba con principios superiores. Sin embargo, Nietzsche proclamó que “Dios ha muerto”, indicando un cambio profundo en nuestras creencias. La sociedad contemporánea carece de ídolos y referencias. Así, cada uno de nosotros queda a merced de nuestras decisiones. La filósofa Elsa Godart menciona en su libro “Las Vidas Vacías” que esta búsqueda de éxito resulta del individualismo extremo. A partir de los 40 años, muchos tienen una idea fija sobre el éxito. La famosa canción de Daniel Balavoine lo resume bien: ser amado, rico y, por supuesto, inteligente. ¿Cuántos se preguntan si realmente son felices con esto?

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Reflexiones sobre el deseo y la realidad

Los sueños son fascinantes. Nos preguntamos: ¿qué haríamos si ganáramos la lotería? A menudo, estos pensamientos reflejan nuestros valores más profundos. Sin embargo, como lo decía Freud, la realidad siempre se presenta. Muchas veces, nos quedamos atrapados en nuestros ideales, olvidando la vida real. Reflexionar sobre el éxito solo puede llevarnos a la frustración si no se alinea con nuestras vivencias. Nos arriesgamos a vivir llenos de lamentos y desilusiones.

La diferencia entre éxito y realización

Viktor Frankl, un notable psiquiatra, establece claras distinciones. Se puede alcanzar el éxito y sentir desesperación. Por otro lado, se puede fracasar y aún así sentirse pleno. Conseguir un trabajo de prestigio no garantiza la felicidad. Tal vez, fallar en un examen nos lleve a descubrir nuestra verdadera pasión. La realización personal se basa en la conexión con nosotros mismos y no en la validación externa. Juzgar nuestra vida como exitosa o fallida se nutre de ilusiones. La aprobación ajena no define nuestra experiencia.

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Reflexiones finales sobre la vida

Solo en los momentos finales de nuestra existencia entendemos verdaderamente nuestra trayectoria. La enfermera Bronnie Ware recopiló los principales lamentos de quienes se encuentran al final de sus días. Un mensaje resuena con fuerza: “Desearía haber vivido mi vida, no la que otros esperaban”. Este recordatorio es fundamental. Nos invita a vivir con autenticidad y a valorar cada momento. En lugar de perseguir expectativas externas, enfoquémonos en sentir y amar sin temor. A fin de cuentas, la verdadera medida de una vida no es el éxito, sino la **realización**.

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