La inquietud de no ser aceptados o valorados por los demás nos afecta a muchos. Esta ansiedad no solo ocurre en ámbitos personales, sino también en los profesionales. La pregunta constante sobre qué opinará de nosotros el prójimo puede ser agobiante. ¿Y si siempre nos sentimos insuficientes ante los ojos de quien tenemos enfrente, ya sea un ser querido o un conocido?
Según Faty Guessoum, una renombrada psicóloga clínica, es natural preocuparse por lo que piensan los demás. Esta preocupación, explica, es parte fundamental de nuestra naturaleza humana. Sin embargo, cuando esta preocupación se convierte en una fuente constante de ansiedad y malestar, es crucial tomar medidas.
Reevaluando nuestra autoimagen
Como señala Guessoum, aunque el feedback externo puede ser útil para autoevaluarnos, es problemático cuando nuestra autoestima depende íntegramente de él. «Estás dejando que otros dicten tu felicidad», advierte la psicóloga Julie Smith en una de sus publicaciones en Instagram. Cuando nos encontramos atrapados en esta espiral de inseguridad, Smith sugiere preguntarnos: ¿soy la persona que desearía ser? ¿Me aprobaría a mí mismo? «Cuando la respuesta sea ‘sí’, la desaprobación de los demás dolerá, pero será más soportable», añade.
Enfocando lo controlable
Esta reflexión sobre cómo nos vemos debe impulsarnos a actuar sobre lo que está en nuestras manos, y no sobre lo incontrolable, como lo es el juicio ajeno. Si la respuesta a estas preguntas es negativa, sabrás que debes trabajar en tu autoestima. Smith propone una serie de preguntas clave para ayudarte a definir lo que verdaderamente importa para ti, más allá de la opinión de los demás:
- ¿Qué tipo de persona aspiras a ser?
- ¿Cómo deseas contribuir con tu familia, comunidad y el mundo?
- Ante las adversidades, ¿cómo te gustaría resolver los problemas? ¿Qué actitud te llenaría de orgullo?
- ¿Cuáles son los aspectos más valiosos de tu vida?
- ¿Cómo quieres presentarte en esos ámbitos?
Las respuestas a estas preguntas te guiarán hacia una vida en la que tu valor no dependa del juicio ajeno. Al centrarte en lo que puedes controlar y en lo que verdaderamente te importa, podrás cultivar una autoestima sana y una presencia auténtica tanto en tu vida personal como profesional.
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